martes, 27 de septiembre de 2022

El Tazo de Elvira

Nombre: El Tazo de Elvira
Lugar: México
Época: Contemporánea
Género: Terror
Subgénero: Leyenda Urbana/Creepypasta

El Tazo de Elmyra era un supuesto objeto maldito según una leyenda urbana de los 90's. 

Versión Histórica

En 1994 Sabritas lanzó una serie de tazos inspirados en los Tiny Toons en los cuales se incluían entre sus personajes a Elmyra Duff, quien en México es también conocida popularmente como Elvira. 

Durante la década, la leyenda que giró en torno a dicho tazo llegó a tal extremo que los padres comenzaron a quemar los tazos de sus hijos e incluso la Iglesia Católica prohibió la distribución de los tazos. 

Leyenda

Según la leyenda urbana, un día una niña estaba jugando con un tazo de Elmyra cuando el personaje salió del tazo y la estranguló hasta la muerte. 

Origen

La leyenda coincide con el Boom de Leyendas Urbanas vinculadas al satanismo durante la década de los 90s promovidas por la sociedad católica que las utilizaba para aleccionar a los niños y calificar de "Satánico" todo aquello que pudieran encontrar distractor. 

Legado

El Tazo de Elvira sigue teniendo fama de estar maldito. 

Advertencia

Nomás para estar seguros, se recomienda no jugar con tazos de Elvira. 

Hoy en Día

Quedan muy pocos tazos de Elvira, la mayoría en manos de coleccionistas. 

martes, 20 de septiembre de 2022

La Chuparratones

Nombre: La Chuparratones
Lugar: Querétaro, México
Época: Colonial
Género: Terror
Subgénero: Brujas

La Chuparratones fue una mujer acusada de brujería por el Santo Oficio durante la Época Colonial en Querétaro. 

Versión Histórica

Josefa Ramos alias Josefa de la Cruz alias Josefa de San José era una mestiza, coyota o mulata de la ciudad de Querétaro en el siglo XVII. Estaba casada con Juan de la Cruz, indio zapatero de Celaya. 

En 1686 Josefa Ramos compareció ante el Santo Oficio y confesó haber practicado actos de brujería. Según su testimonio recibió en su casa a una mujer de nombre Josefa de Melo, quien era una española quien le advirtió que el amante de Josefa, Juan De León Patiño, español, estaba por casarse. Para que no pudiera consumar su matrimonio en cama, la española dio a Josefa unos polvos blancos que después ella sirvió a su amante en un chocolate caliente. Esa noche, Josefa escuchó una voz en sueños que le decía que iría a casa de su amante y haría lo que ella quisiera siempre y cuando aceptara ser su esclava. 

Ella se rehusó en un inicio en le nombre de Dios. En breve reparó que su misterioso visitante era un demonio. Finalmente ante su insistencia, Josefa firmó con pacto. Para sellarlo, ella recibió un perrito prieto y ella entregó al demonio un rosario que este no aceptó. A su vez, el demonio estableció como condición de su contrato que Josefa no rezara, no fuera a misa ni se encomendara a Dios. 

Para el final de esa semana, Josefa se enteró que Juan Patiño era incapaz de complacer a su esposa en cama, mas también que Catalina de Ribera, cuñada de Juan Patino, había caído enferma. Cuando el demonio volvió a visitarla, Josefa le recriminó que atacara a Catalina. El demonio se excusó diciendo que no había podido atacar a la mujer de Juan Patiño ya que esta llevaba por nombre Gertrudis. 

Al descubrirse enfermo y a su hermana, Juan Patiño sospechó que Josefa les estaba haciendo brujería. Juan llevó a Josefa a su casa y le demandó que le curara y a su hermana mas Josefa confesó no ser capaz de hacerlo sino que el único facultado era el demonio. Gertrudis de Mireles, tía de Gertrudis de Patiño, y Francisca de Ribera, sobrina de Gertrudis y Catalina, fueron a casa de Josefa por el perro y por unas hierbas. Utilizando ambas, Josefa intentó curar a Juan y Catalina pero solo alcanzó a provocarles más dolor. El padre de ambos acudió ante un juez quien al volver a casa, con ayuda de un fiscal, echó a Josefa de la casa. Posteriormente compareció ante el Santo Oficio por sus crímenes. 

El Santo Oficio rastreó a Josefa de Melo pero esta declaró que ella no había dado ningunos polvos a quien ya empezaba a ser conocida como La Chuparratones. El Santo Oficio no encontró evidencia que incriminara a Josefa de Melo, contrario a La Chuparratones. 

La Chuparratones fue acusada de maleficiar a su amante, a la cuñada del amante y de aceptar un pacto con el demonio. Se incautaron sus bienes y pasó un tiempo en la prisión secreta del Santo Oficio mas terminó siendo absuelta. Pronto se le volvió a ver por las calles, trabajando en la boticaria de Lorenzo de Solís y con la esposa de este, Antonia o viajando a Celaya para visitar a su esposo. 

Durante ese tiempo, hubo un aumento de casos de posesión en Querétaro presentados en mujeres españolas jóvenes vírgenes supuestamente atacadas por entidades de nombres Guatzin, Gorra, Mosca y Jefe. Las mujeres fueron exorcizadas por la Orden de San Francisco. El pueblo acusó a La Chuparratones como la embaucadora responsable de los ataques. 

El Santo Oficio actuó contra La Chuparratones, acusándola nuevamente de haber maldecido a su amante, a la cuñada de éste, de haber hecho un pacto con el demonio y además de haber propiciado posesiones. El proceso se enriqueció por los testimonios de las jóvenes Francisca Mejía y Juana de los Reyes afirmando que habían sido acechadas y acosadas físicamente por La Chuparratones. También se le acusó de usar trabajo en la boticaria para distribuir maleficios. 

La Chuparratones fue encontrada culpable y condenada a oír misa en la iglesia del convento real de Santo Domingo, con una vela de cera en las manos, coroza con insignias de bruja hechicera y una soga donde pendiera su penitencia. Posteriormente cruzaría la ciudad con el torso desnudo y un pregonero anunciando sus crímenes. Después sería azotada 200 veces, exiliada de Querétaro por al menos 10 años, pasando los primeros cinco sirviendo en el Hospital del Amor de Dios y los siguientes cinco serían determinados posteriormente. El 16 de enero de 1696 se ejecutó la sentencia. El 13 de enero de 1701 cumplió la primera mitad de ella. 

Leyenda

De acuerdo con la convención popular generada por el pueblo queretano, La Chuparratones era la hija de una bruja-hechicera quien la había instruido en la magia negra. Se dedicaba a seducir hombres y provocar la posesión de mujeres. Fue por su promiscuidad que se le bautizó como "La Chuparratones". Estuvo activa por al menos una década hasta que fue detenida por el Santo Oficio y sentenciada por el crimen de brujería. 

Origen

Sin embargo, algunos estudiosos claman que La Chuparratones era inocente. Existen testimonios que confirman que ante el tribunal del Santo Oficio, Josefa negó todos los cargos que se le imputaban. Se sugiere además que varios elementos incentivaron a la sociedad a catalogarla como bruja, entre ellos por vestirse de forma poco convencional, por vivir lejos de su marido, por utilizar hierbas como métodos curativos y ser además una mujer mulata quien mantenía una relación con un español. 

Cabía destacar además que quienes la acusaron en su primer juicio fue una familia de españoles, una clase social superior a la de Josefa, y que cabe la posibilidad de que con tal de negar la infidelidad que sostuvo con ella, Juan Patiño la hubiera acusado de brujería y encontrado el apoyo de su familia, incluyendo el de su esposa. 

Legado

El caso de La Chuparratones en realidad es poco conocido mas los registros de su juicio han sido utilizados para estudiar a la figura de la bruja en el México del siglo XVII. 

Advertencia

En cualquier caso, se recomienda no recibir polvos blancos de extraños, para que no le pase a uno como a la Chuparratones. 

lunes, 19 de septiembre de 2022

El Castillo de Xochimilco

Nombre: El Castillo de Xochimilco
Lugar: Xochimilco, Ciudad de México
Época: Contemporánea
Género: Fantasía
Subgénero: Cuentos de Hadas/Romance

El Castillo de Xochimilco es una edificación mítica que ha sido el centro de una leyenda contemporánea. 

Versión Histórica

También llamado el Castillo de San Diego o El Castillo Blanco, ubicado en el callejón de Tlachitongo del barrio San Diego Tlalcozpan, en Xochimilco, se trata de un castillo que fue edificado en 1930. 

En 1940 su dueño, Eduardo Ramírez, (según algunos su constructor también) se hizo conocido en la comunidad por regalar juguetes y prestar las instalaciones del castillo para graduaciones de niños de primaria. Años después, el gobierno de la Ciudad consideró convertirlo en una biblioteca pública. 

 En 2017 el castillo sufrió algunos daños en su fachada a causa del temblor del 19 de septiembre de dicho año. En 2019 el castillo estuvo a la venta por una cantidad de 5 millones de pesos. La identidad del dueño actual es desconocida. 

Leyenda

Cuenta la leyenda que una muchacha de la región deseaba ser una princesa y tener su propio castillo con fosas de cocodrilos, como en los cuentos de hadas medievales. Eduardo Ramírez, enamorado de dicha mujer, le construyó así pues un castillo blanco entre las chinampas de Xochimilco, cuyos canales imitaran las fosas y sus ajolotes a las bestias que habitaran en ellos en los cuentos. 

Otra leyenda cuenta que no satisfecho con los ajolotes, Eduardo domesticó a un ahuizotl de Xochimilco para que fungiera como el guardián del castillo. De acuerdo a esta historia, el ahuizotl aún ronda los perímetros, resguardando a la Princesa de Xochimilco y su hogar. 

Origen

La arquitectura de estilo gótico medieval del castillo, su color blanco y paisaje de ensueño lo han convertido en una obra digna de un cuento de hadas. Al incluir estos el romance, dicho tema se debió haber incorporado a su vez a la leyenda. No obstante, no hay ninguna evidencia que respalde que el amor haya sido el motivo por el que se erigiera el castillo. 

Legado

El Castillo de Xochimilco aún se encuentra de pie entre las chinampas y suele ser un punto turístico en las rutas de diversas trajineras en sus paseos por Xochimilco. 

Advertencia

Al ser propiedad privada, introducirse a la propiedad sin permiso puede desembocar en un arresto. 

A su vez, se dice que un ahuizotl sigue rondando los canales alrededor del Castillo, dispuesto a protegerlo de intrusos. 

Hoy en Día

El castillo es inaccesible a pie. Solo se puede llegar a él por trajinera o lancha, aunque es propiedad privada y por ello el paso a él está prohibido. 

El Ahuizotl de Xochimilco

Nombre: El Ahuizotl de Xochimilco
Lugar: Xochimilco, Ciudad de México
Época: Prehispánica/Colonial/Presente
Género: Terror/Fantasía
Subgénero: Monstruos

La Leyenda del Ahuizotl de Xochimilco es una leyenda de base prehispánica que se mantuvo durante la época de la Colonia y fue nutrida en el presente por más elementos fantásticos. 

Versión Histórica

Del náhuatl atoyatl "río" y huitzli "espina", "El Espinoso del Río", el ahuizotl era una criatura fantástica al servicio del dios mexica de la lluvia Tláloc. 

Se le describía como una especie de perro con una mano humana en la cola. Habitaba en ríos y lagos. Era capaz de imitar el llanto de un niño, con lo cual atraía a sus víctimas al cuerpo de agua para después jalarlas con la cola y ahogarlas en las profundidades. Según algunos, las resguardaba en una cueva subacuática donde las devoraba y arrancaba ojos, uñas y dientes. 

Sus víctimas eran sacrificios en honor a Tláloc, quien en algunas versiones habría designado a la víctima para que su leal sirviente la cobrara. 

También se decía que podía causar remolinos pequeños con los que sacaba volando del agua a peces y ranas. 

Leyenda

Cuenta una leyenda que data desde tiempos prehispánicos que en el lago de Xochimilco habitaba desde uno hasta varios ahuizomeh (ahuizotl en plural) que se dedicaban a ahogar y devorar gente hasta que los habitantes de los alrededores comenzaron a dedicarles ofrendas. 

Los lugareños lograron un tipo de amistad con los ahuizomeh, lo cual les permitió moverse por las aguas a sus anchas, crear chinampas y hasta jugar con ellos. Se dice que también los ahuizomeh les concedieron el don de caminar en las aguas como si estas fueran un chapoteadero, sin importar la profundidad. Todo cuanto pedían a cambio era que al presentarse un ahuizotl, le dieran a este una ofrenda. 

Desde entonces, durante la Colonia y todavía hasta el siglo XX se han realizado diversas ofrendas, algunas en formas de escultura, para los ahuizomeh a los que según se dice cada vez se ven menos y cuando se aparecen, se les tiene terminantemente prohibido tomarles una foto. 

Una versión contemporánea de la leyenda narra que una mujer que quería ser princesa vivía en el  Castillo de Xochimilco y fue su enamorado quien trajo a un Ahuizotl para que resguardara su hogar. En esta versión se cree que el leal ahuizotl se pasea alrededor de la fortaleza aún vigilante, a pesar de que su protegida ya no se encuentre con vida. 

Origen

Algunos historiadores creen que el ahuizotl era un animal ahora extinto con semejanza a las nutrias, que podía ser encontrado en el Lago de Texcoco. Otros afirman que era solo el nombre con el cual los nahuas identificaban a las mismas nutrias. 

La criatura surgió para explicar los ahogamientos de personas en ríos y lagos. Probablemente también como una suerte de advertencia para que las personas en tiempos prehispánicos se anduvieran con cuidado al estar en cuerpos de agua. 

Puntualmente el Ahuizotl de Xochimilco explicaría los ahogamientos en dicho lago en específico y posteriormente la facilidad que tuvieron los lugareños para colonizar la región con chinampas. 

Legado

Aún hoy en día se realizan ofrendas a los ahuizomeh en Xochimilco. Destaca en 1930 una suerte de festival que se realizó con esculturas para honrar a los ahuizomeh, de la cual persiste un registro fotográfico que en 2022 fue restaurado y coloreado por la artista Antonieta Martínez y con asistencia de Inteligencia Artificial. 

Advertencia

Si te paseas por Xochimilco y escuchas el llanto de un niño, no debes seguirlo o podrías encontrarte con un Ahuizotl que podría jalarte a las profundidades, ahogarte y devorarte. Ahora bien, si haces caso omiso de la advertencia o si por casualidad te encuentras a un ahuizotl, deberás darle una ofrenda para que te permita el paso seguro por las aguas de Xochimilco. De no darle ofrenda, te devorará. 

Este intercambio de ofrenda-amistad con ahuizomeh solo se sabe que sea válido en Xochimilco y no en otros cuerpos de agua. 

Hoy en Día

Se siguen realizando ofrendas a los ahuizomeh aunque en menor escala.

viernes, 16 de septiembre de 2022

La Calle de Don Juan Manuel

Nombre: La Calle de Don Juan Manuel
Lugar: Ciudad de México
Época: Colonial
Género: Terror
Subgénero: Demonios/Asesinos Seriales

La Leyenda de la Calle de Don Juan Manuel es una leyenda colonial de terror de la Ciudad de México. 

Versión Histórica

Don Juan Manuel Solórzano nació en Burgos, España. Era un caballero de la clase alta. Llegó a la capital de la Nueva España en 1623 con la comitiva del Virrey López Díaz de Armendáriz, marqués de Cadereyta, de quien era amigo personal por lo que fue nombrado su "privado" y miembro de su Audiencia, a cargo de atender múltiples de sus oficios. Entre ellos Don Juan Manuel recibió en su casa en la Calle Nueva a doña Ana Porcel de Velasco, importante personaje de la élite de la época. 

En 1636, Juan Manuel contrajo matrimonio con Mariana de Laguna, una mujer caritativa quien solía obsequiar dinero a los pobres. Juan Manuel era un hombre muy celoso. No permitía a su esposa salir de casa ni recibir visitas salvo de su confesor. 

En 1640 Juan Manuel fue arrestado por el Alcalde del Crimen Francisco Vélez de Pereira quien anhelaba por Mariana de Laguna. Pereira prometió a Mariana concederle la libertad de su marido si yacía con él. Mariana cedió. Un prisionero informó a Juan Manuel de la infidelidad de su esposa con su captor. Un amigo pagó la fianza de Juan Manuel y este asesinó a Pereira y a su esposa mientras salían de su propia casa. 

Manuel volvió a ser arrestado y hubo fuerte presión para enviarlo a la horca. El Virrey intentó salvarlo. Sin embargo, una mañana de 1641 Don Juan Manuel fue encontrado colgado en la Plaza Mayor.

Leyenda

Cuenta la leyenda que Don Juan Manuel Solórzano quería tener un hijo pero su esposa no era capaz de concebir. Buscando una respuesta, se retiró al convento de San Francisco y trajo a su sobrino, Fernando de Aguilar, a atender sus negocios durante su ausencia. 

En el convento, celosos enemigos de Don Juan Manuel le notificaron que su esposa la estaba siendo infiel. Para averiguar la identidad del amante, Don Juan Manuel, según algunas versiones con ayuda de un hechicero, vendió su alma al Diablo. 

El demonio le encomendó salir a su calle en la noche y dar muerte al hombre que pasara por ella a las 11 de la noche. Juan Manuel así lo hizo. Toda la noche preguntó a cada hombre que pasaba: "¿A qué horas son?" y al primero que le respondió "Las 11 de la noche" Don Juan Manuel le contestó "Dichoso el que sabe la hora de su muerte". 

Tras cobrar su primera víctima, el demonio le hizo saber que había matado a un inocente y que debería volver la noche siguiente y hacer de nuevo lo mismo, y así una y otra vez hasta que diera con el amante. Don Juan Manuel obedeció y cada noche salía a su calle, preguntando la hora y matando a quien le respondiera que eran las 11. De esta forma, Don Juan Manuel cobró hasta 20 víctimas. 

Una mañana, tocaron a la puerta de Don Juan Manuel para informarle de la muerte de su sobrino. Don Juan Manuel descubrió que había sido él mismo quien lo había matado. Horrorizado por sus actos,  Juan Manuel se retiró a pedir el auxilio a un monje del convento de San Francisco. 

El monje le hizo saber que para salvar su alma debería acudir a la horca de la Plaza Mayor tres noches seguidas y rezar un rosario cada noche. A la segunda noche, alucinó con unos demonios cadavéricos encapuchados en procesión  con un ataúd cubierto de paños y galones de plata donde han encerrado su propio cadáver. Aterrado, Don Juan Manuel volvió al monje y suplicó que le diera la expiación. El monje insistió que continuara su penitencia. 

Don Juan Manuel regresó por tercera vez. A las once de la noche, a la campanada de la Catedral, según se dice, se escuchó un horrible grito y a la mañana siguiente fue encontrado colgado en la horca. Supuestamente fue colocado ahí por ángeles justicieros o por las ánimas vengativas de sus víctimas. 

Origen

Se cree que el origen de la leyenda devino tras la ejecución de Juan Manuel Solórzano en la Plaza Mayor a raíz del asesinato de Pereira y Mariana. Los pobladores de la ciudad que desconocían los detalles del encarcelamiento de Juan Manuel y habían escuchado de la infidelidad elaboraron la compleja historia involucrando el pacto con el Diablo para explicar cómo terminó en la horca y de paso para justificar una serie de asesinatos que habían ocurrido en la zona de la época. 

Legado

La propagación de la leyenda llevó a que durante la Colonia la gente temiera cruzar la calle donde estaba la casa de Don Juan Manuel por las noches, y temiera de encontrarse con alguien quien les preguntara la hora. 

Hoy en día se dice que Don Juan Manuel se aparece en su calle, la actual República de Uruguay en el Centro Histórico de la Ciudad de México, así como en su casa, la #90 de dicha calle. También hay quienes dicen que han visto a sus víctimas fantasmales hacer una procesión con su cadáver para colgarlo en la Plaza Mayor. 

Advertencia

Se dice que en la calle República de Uruguay en el Centro Histórico en la Ciudad de México, uno no debe andar a altas horas de la noche, pues si lo hace podría encontrarse con el ánima en pena de Don Juan Manuel, de barba negra y encapuchado, preguntándole la hora...

Hoy en Día

La casa de Juan Manuel Solórzano existe y puede ser encontrada en el #90 de la calle República de Uruguay en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Está conmemorada con una placa. 

Apariciones en Medios

La leyenda es representada en los cómics de Tradiciones y Leyendas de la Colonia #3. 

Datos Curiosos

Algunos consideran a Don Juan Manuel Solórzano el primer asesino serial de México. 

La Loca del Muelle de San Blas

Nombre: La Loca del Muelle de San Blas Lugar:  San Blas, Nayarit Época:  Contemporánea Género:  Fantasía Subgénero:  Romance La Loca del Mu...