Época: Colonial
Género: Terror
Subgénero: Demonios
Leyenda
Cuenta la leyenda de un pueblo en el que la gente decía que vivía el Diablo, disfrazado pues la gente había visto a seres monstruosos con apariencia de toro o cabra pasearse en los alrededores del pueblo. Tras escuchar estas historias, una noche, un hombre en una cantina gritó "A mí el Diablo me pela los dientes".
Esa noche, el hombre iba camino a casa cuando en el camino escuchó el llanto de un bebé. El hombre se asomó a unos matorrales y encontró a un bebé abandonado, envuelto en una frazada. El hombre se apiadó del pobre niño. Lo levantó y decidió llevárselo consigo.
Pero al ponerse en marcha, a los pocos minutos notó que el bebé se volvía más pesado. Al mirarlo notó que le habían salido dientes, puntiagudos como navajas. El bebé le sonrió al hombre y le dijo: "Mira papi, ya me salieron dientecitos".
El hombre aterrado soltó al bebé y salió corriendo, sabiendo que tal y como lo había desafiado, aquel bebé era el Diablo pelándole los dientes.
Origen
Esta leyenda habría surgido para explicar posiblemente malformaciones de bebés que hubieran sido abandonados debido a su misma apariencia.
Advertencia
Si escuchas el llanto de un bebé en medio de la noche por un camino solitario, hay que acercarse con precaución y asegurarse que no tenga dientes, pues si tiene dientes, podría tratarse del Diablo.
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